miércoles, 1 de agosto de 2012

LA HABILIDAD DE LLAMAR LA ATENCION



Una de las habilidades más apreciadas es la de saber para los directivos, jefes y/o líderes es llamar la atención, sin afectar el clima laboral ni ser un agente de conflicto.
Esta no es fácil de desarrollar y menos cuando el llamado de atención que se hace ocurre en circunstancias de urgencia a intervenir en el desarrollo de una actividad que debe ser corregida, es decir un llamado de atención en público.
Un componente de la habilidad de saber realizar llamados de atención, es el reconocimiento de las funciones y responsabilidad del líder es orientar de modo positivo, preventivo y correctivo al equipo de trabajo.
Cuando se actúa como jefes, se teme confrontar o pedir explicaciones, a veces se prefiere tercerizar el llamado de atención y no abordarlo directamente.
También el llamado de atención suele hacerse en público y sin tener en cuenta quienes están presentes, que ocurre el evento, hay que tener en cuenta  la credibilidad, respeto y confianza de los colaboradores nacen de la forma se realizan los llamados de atención.
Llamar la atención en público puede ser más nocivo que no llamarla, porque se perturba el clima laboral, se genera un conflicto interno en el afectado y puede llegar a perder autoridad y respeto del grupo testigos del hecho, agravándose cuando se encuentra con sus colaboradores, clientes o personas con las cuales se relaciona.
El que recibe el llamado se siente subvalorado y humillado, que lleva a procesos de desmotivación laboral, a cuestionar la idoneidad del jefe y su capacidad. Estas reacciones crean situaciones de mediano y largo plazo que pueden terminar en eventos de conflicto en ocasiones no deseables.
Esto puede provocar las siguientes reacciones del individuo al que se le llamo la atencion:
A/Silencio sumiso y aceptación de la superioridad del otro Crear una situación de malestar interno en el colaborador que recibe y acepta sin controverticiones las órdenes de su superior. Estas actitudes pueden llevar a agresiones a los compañeros o a su familia por extensión el malestar que siente en la organización.
    B/Respuesta asertiva sobre las razones del hecho. Existen colaboradores capaces de argumentar proactivamente las explicaciones para los hechos y no permiten que el lenguaje se torne agresivo o violento. Esto genera un debate saludable que permite mejorar la gestión.
     C/Agresión de palabra o hecho. Los jefes tienen temor a la reacción de los colaboradores y prefieren abordar los hechos con un lenguaje agresivo, al colaborador no queda opción más que escuchar resignadamente para no poner en riesgo el puesto y asumir las consecuencias.
El comportamiento típico en las organizaciones, es el de reaccionar con el silencio, dejando de lado sus argumentos y razones por temor a perder el trabajo o de crear situaciones  incómodas en el futuro.
Esta actitud motiva al superior a repetir la conducta porque considera que es la manera correcta de llamar la atención, deja ser reprochable a ser pregonado como alternativa para que la gestión funcione.
Los jefes que gritan e insultan a sus colaboradores crean las condiciones para que los resultados sean deficientes o no lleguen a las expectativas requeridas, ejemplo se incrementan, las ausencias y las carpetas por enfermedad también, etc...
Cuando el jefe, es inseguro al momento de sostener una conversación privada con el subalterno y prefiere explotar públicamente para ganar confianza o exponerse con argumentos que le faltan. Estos no tienen la habilidad comunicativa no saben escuchar y ni mantener una conversación prefieren los escenarios públicos porque les garantiza protagonismo, y se exponen al ridículo porque su argumento puede que no sea sólido sino  lo contrario.
Es una reflexión para los jefes, gerentes y  dueños de empresas que en su trato diario exponen a sus colaboradores en sus debilidades y desconocen los esfuerzos, intenciones y preocupaciones que hay detrás de cada acción, es importante saber cómo corregir ya que propicia un mejor trabajo y un mejor resultado.
Llamar la atención es una habilidad y una oportunidad para mejorar la gestión de los ejecutivos para mejorar relación laboral y convertir al colaborador en una persona capaz de asumir las consecuencias de sus actos sin el temor a ser descalificado frente al resto.
Hay que reconocer sus fortalezas como jefe para abordar a los colaboradores de modo proactivo y propositivo las situaciones que se viven en el día a día, entender que la comunicación interpersonal es importante para mantener un clima acorde con la cultura empresarial donde se reconocer los errores son parte de la condición humana y pueden convertirse en una oportunidad de crecimiento personal y empresarial.
También hay que promover al equipo la conversación personal, en un clima de cercanía y confianza, para escuchar la otra parte y  reconocer que una reunión privada nos permite:
     1.Limar asperezas. Evitar el conflicto que puede conllevar un evento de discusión pública donde el jefe se expone a equivocarse o dejarse llevar por las emociones negativas y crear situaciones que se pueda arrepentir después.
    2. Aclarar malos entendidos. La oportunidad de contextualizar los hechos, reconocer los puntos de vista y encontrar  acuerdos permitan avanzar en la relación laboral.
    3. Dar la oportunidad de aceptar o rectificar la acción que motiva el llamado de atención.
Los llamados de atención de modo personal y privado, mantiene el clima laboral además de hacer que los gerentes ganen y mantengan su propia credibilidad ante toda la organización.

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